Artículo: Por una responsabilidad social universitaria

Publicado en el portal de CREADESS, Cooperación en Red Euro Americana para el Desarrollo Sostenible, el artículo Por una responsabilidad social universitaria ha sido publicado por el Programa de Trabajo de Responsabilidad Social Empresarial del ICEI:

La integración de las Universidades en el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), los retos de financiación a los que se enfrenta la Universidad, la competencia con otras universidades públicas y privadas, la necesidad de la pronta inserción de los egresados en el mercado laboral y el acercamiento empresa y universidad, hacen necesario mejorar la competitividad de la universidad, reforzando la visualización de sus actuaciones ante la sociedad y especialmente el papel que juega en la docencia de calidad, la I+D+i y la transferencia de conocimiento.

Desde el PROGRAMA DE TRABAJO DE RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL DEL ICEI abogamos por la Responsabilidad Social Universitaria para nuestra Universidad como una opción estratégica que implica:

1. Una política de gestión ética y de calidad de la vida institucional, a través de la inserción y promoción continua en la vida universitaria de valores socialmente responsables (democracia, participación y transparencia). Junto a ello, una gestión administrativa socialmente responsable que evalúe si existe una coherencia estratégica entre las distintas unidades administrativas; cuáles son los modelos de gestión apropiados; cómo deben movilizarse todos los recursos universitarios para lograr la máxima eficiencia, o las relaciones que establece la Universidad con sus grupos de interés. Muchos de los problemas del gobierno de la Universidad son comunes a los de cualquier administración o entidad del sector público: la falta de incentivos en la mejora del rendimiento y la eficiencia, la lentitud en la toma de decisiones, o la definición de las responsabilidades. A ellos se suman otro tipo de problemas específicos del gobierno universitario como la particularidad burocrática de los órganos de gobierno de la Universidad, compuestos por muchos actores, y una estructura bidireccional (política y administrativa) junto con la temporalidad de muchos actores de la comunidad universitaria (estudiantes y miembros de los órganos de gobierno) y la desigualdad en la calidad de la representación de los distintos grupos de interés (p. ej. los egresados no están representados en el gobierno de la Universidad). Se hace necesario por ello, detectar y analizar las expectativas de los grupos de interés de la Universidad, con el objetivo de la clarificación e integración en el proyecto común de la comunidad universitaria.

2. Una política de formación académica socialmente responsable que permita lograr un perfil del licenciado y postgraduado no sólo con aptitudes y capacidades intelectuales o profesionales sino con una formación solidaria y responsable. Este componente implica interdisciplinariedad, porque la RSU abarca realidades que requieren un tratamiento integral e interrelacionado; un seguimiento del licenciado para evaluar el tiempo de incorporación al mercado laboral, la medición del rendimiento académico y del coste del abandono universitario, la evaluación del acceso a política de becas y ayudas sociales, etc. Junto a ello la formación e investigación en responsabilidad social, de tal manera que todos los currícula de las materias deberían incorporar el concepto de sostenibilidad, del mismo modo que ésta debería promoverse en cualquier investigación (sostenibilidad ambiental, ética, social, etc.)

3. Una política de investigación socialmente útil y gestión social del conocimiento, a través del análisis crítico de la realidad, que implica la apertura a la innovación científica, y a la identificación de nuevos caminos de formación e investigación científica que sean útiles para los procesos de desarrollo y construcción de lo público (la interdisciplinariedad frente a la fragmentación del saber, la democratización de la ciencia y la docencia frente al elitismo científico o la tecnociencia; el espíritu crítico frente a modelos epistemológicos y pedagógicos obsoletos….)

4. Una política de gestión medioambiental responsable que permita a la comunidad universitaria mejorar continuamente en su comportamiento ecológico cotidiano (transporte ecológico, accesibilidad a las infraestructuras, ahorro energético, política de reciclaje y residuos). Ello implicaría la implantación de un plan estratégico de desarrollo sostenible de la Universidad, que aglutine las distintas iniciativas en marcha (plan de movilidad, consorcio Ciudad Universitaria/Univerde, programa universidad saludable) y ponga en marcha un plan Verde integral en la UCM.

5. Una política de participación social responsable que permita a la comunidad universitaria y a sus colaboradores externos avanzar hacia un comportamiento social solidario y responsable (participación democrática, involucración en actividades sociales y solidarias). La RSU implica que la complejidad y velocidad de cambio de los problemas exige dar una respuesta efectiva que ha de venir del fortalecimiento del trabajo en redes, comunidades y de las funciones del Consejo Social. Desde esta perspectiva, la Universidad Complutense ya se ha identificado y consolidado como un agente fundamental en la cooperación al desarrollo, a través de las actuaciones de su Plan Director de Cooperación al desarrollo, tareas que han de reforzarse a través de las alianzas público privadas para el desarrollo y del papel atribuido a la Universidad en el nuevo Plan Director de Cooperación 2009-2012.