Ello nos lleva a reflexionar si las universidades no están implicadas en la promoción de los valores democráticos, y pudieran transmitir a estudiantes que no pasa nada si no votan y en caso de hacerlo su importancia será testimonial y no afectará el proceso de elección de los órganos de gobierno. Es ciertamente inquietante y debería reflexionarse desde la óptica que Bandura expuso en su teoría de aprendizaje vicario, como institución académica debería investigarse el efecto que pueda producir esta falta de hábito y despreocupación hacia la participación democrática en quienes se integran a la sociedad con cualificación para ocupar los más altos puestos de responsabilidad. Por otra parte, desde una óptica empresarial, la Universidad si cumpliría su objetivo de gestionar la cualificación de personas, y no cabría adentrarse en atender la promoción de valores democráticos.
Esta reflexión debería contemplarse en la elaboración de memorias de responsabilidad social en las universidades, puesto que si se adopta un modelo empresarial para elaborar la memoria, probablemente no se contemplen indicadores sobre la función de la Universidad en el desarrollo personal de la propia sociedad.
Algunas lecturas recomendables:
Apple, M. 1980: The other side of the Hidden Curriculum: correspondence theories and the labor process. Journal of Education, 162. 47-66
Bandura, A. (1966). Role of vicarious learning in personality development. Proceedings of the XVIIIth International Congress of Psychology: Social factors in the development of personality. Moscow, USSR.
Bandura, A., & Walters, R. H. (1963). Social learning and personality development. New York: Holt, Rinehart & Winston.
Torres, J. 2003: El curriculum oculto. Madrid, Morata (Ed. orig. 1995)
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